En el centro comercial San José Plaza de Bucaramanga, ocurrió un atraco que rápidamente se viralizó por su audacia cinematográfica. El 23 de julio de 2024, un grupo de ladrones entró a la joyería Italiana Franco vestidos como policías y mensajeros, intimidando al personal y robando joyas y dinero con una precisión escalofriante.
La acción, ejecutada en menos de dos minutos, fue captada por cámaras de seguridad: dos de los asaltantes portaban uniformes policiales —uno con equipamiento antiguo y otro con uniforme moderno— mientras que otro vestía el uniforme de una empresa de mensajería. Golpearon al guardia de seguridad y amenazaron a empleados, llenando costales con joyas ante la mirada atónita de los testigos. En minutos, huyeron en motocicletas hacia una camioneta que los esperaba, completando una escena digna del cine.
Las investigaciones desplegaron un operativo con más de 500 cámaras revisadas, interceptación de 42 líneas telefónicas y análisis de huellas dactilares. Se vinculó a la banda criminal, conocida como “Los Kilates”, con múltiples hurtos similares en la región.
El 4 de septiembre de 2025, el Juzgado Décimo Penal del Circuito de Bucaramanga condenó a nueve de los once implicados a 133 meses y 10 días de prisión (casi 11 años), por delitos de hurto calificado y agravado junto con porte ilegal de armas de fuego. Se consideró que actuaron como coautores con dolo. Algunos ya estaban bajo arresto domiciliario, pero ahora deberán cumplir su condena en cárcel ordinaria.
Los imputados principales incluyen a Humberto Vargas Montañez, Jesica Valenzuela Manosalva, José Manuel Gómez Bernal, Jonathan Rodrigo Güillín Martínez, Lino Elkin Zárate Martínez, Ángel Gabriel Díaz Romero, Diego José Rubiano Córdoba y Hugo Alejandro Sánchez.
La pena fue reducida debido a que aceptaron cargos durante la diligencia de allanamiento a cargos, lo que permitió aplicar una rebaja legal. Sin embargo, no se les concedió la prisión domiciliaria, argumentando que la gravedad del delito superaba el límite permitido para acceder a ese beneficio.
Este caso impactó profundamente la ciudad por su planificación, ejecución impecable y rápido desmantelamiento, enviando un mensaje firme sobre la respuesta del sistema judicial frente a crímenes complejos de alto impacto.