En mayo de 2025, el peso colombiano se consolidó como la moneda más revaluada de América Latina, con una fuerte ganancia del 2,57 % frente al dólar estadounidense . Esta apreciación destaca su posición destacada entre las divisas de la región durante el mes.

Evolución del tipo de cambio en mayo

Inicio de mes: cotización por encima de los $4.250 COP/USD.

6 de mayo: alcanzó un pico superior a los $4.300 COP/USD.

29 de mayo: registró un valor mínimo cercano a los $4.100 COP/USD.

30 de mayo (viernes): mostró señales de recuperación, superando los $4.160 COP/USD.

Análisis del mercado

Según los analistas de Acciones & Valores, el peso colombiano no solo fue la moneda más valorizada del mes (2,6 %), sino que también lideró las ganancias semanales, con un aumento del 0,76 %.

Comparativa con otras monedas latinoamericanas en mayo

Sol peruano: apreciación del 1,10 %

Peso mexicano: ganancia del 0,86 %

Peso chileno: incremento del 0,38 %

En contraste, algunas divisas enfrentaron pérdida de valor:

Peso argentino: desvalorización del 1,50 %

Real brasileño: cayó un 0,85 %


¿Qué implica para la economía colombiana?

  1. Mayor poder adquisitivo frente al dólar: una moneda más fuerte facilita la importación de bienes y materias primas, lo que puede contribuir a contener los precios de productos importados.
  2. Impacto en exportaciones: la revaluación puede encarecer los productos colombianos en los mercados internacionales, afectando sectores como el agroindustrial y manufacturero.
  3. Inflación y política monetaria: los responsables de la política económica podrán analizar cómo aprovechar este fortalecimiento de la divisa para mantener la estabilidad de precios sin poner en riesgo la competitividad.
  4. Confianza del mercado: liderar la región en apreciación refuerza la percepción de solidez macroeconómica del país.

Conclusión

La destacada revaluación del peso colombiano en mayo —2,57 % frente al dólar— posiciona a la moneda como la más fortalecida en la región. Aunque esta tendencia brinda oportunidades claras para el poder adquisitivo y la inflación, también plantea retos para los exportadores y para los formuladores de política económica.

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